lunes, 3 de agosto de 2009

Madrid 2079


Juan puso la mochila rosa sobre la mesa sin decir ni hola y se sentó frente a Pilar, quien se rió de Juan por haber traído semejante objeto. Ambos se quedaron mirando la mochila durante unos segundos, hasta que Juan dijo “tenemos que hablar”. Y Juan le dijo que ya no podía más, que poseerlo ya no era para él un orgullo, sino una agonía. Le confesó a Pilar que estaba harto de que toda su vida girara alrededor de “él”.Pilar no podía comprenderlo, ya que todo lo que eran lo eran gracias a “él”. A “él” no, a la abuela, rectificó Juan. Y Juan no paraba de preguntarse en los últimos meses cómo hubiera sido su vida si se la hubiera hecho él mismo, y no la abuela y lo que había dentro de la mochila rosa. Pilar sabía que si llegaba el momento en que uno de los dos quisiera deshacerse de él, deberían de hacerlo. Y hoy Pilar cerraba con fuerza los puños por debajo de la mesa para no soltarle una ostia a su hermano.  Le preguntó a su hermano qué haría con el dinero que conseguirían al subastarlo. Juan quiere montar un restaurante en Barcelona y vivir como la gente normal. Pilar dice "Qué casualidad, como la película de la abuela" y saca de la mochila un Oscar a  la mejor actriz secundaria concedido en el año 2009. 

¿Qué precio de salida le ponemos al Oscar de la abuela?

1 comentario:

  1. El Oscar no tiene valor... pero vamos, que para un restaurante en Barna serguro que sí que le da...

    ;-P

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