martes, 13 de octubre de 2009

PONYS

Todos tenemos algún Pony. Todos. Se considera Pony a aquello que cuando éramos pequeños deseamos tener pero nunca tuvimos. Como Lisa Simpson, que siempre quiso tener un pony. De pequeños, somos capaces de desear mucho un objeto, ya que las partes más existencialistas de la vida todavía no han florecido. Pensad un poco y veréis como tenéis unos cuantos ponys, las primeras decepciones y posibles frustraciones en la infancia que posiblemente hayan evolucionado y mutado de forma, convirtiéndose esos ponys en actuales fobias, manías o prejuicios.

 Uno de mis ponys son esas zapatillas que se pusieron de moda a principios de los noventa entre los niños. En la época en que la cámara de aire en los talones era un claro símbolo de que al llegar el 2000 habríamos conseguido crear coches voladores. Pero la cámara de aire evolucionó y le colocaron una pequeña luz roja dentro que parpadeaba cada vez que se apoyaba el talón. Yo quería unas pero nunca las tuve. Y mi pony crecía y crecía cada clase de gimnasia cuando el profesor abría la puerta del gimnasio y, aún a oscuras, todos los que tenían unas de esas dichosas zapatillas entraban corriendo y se ponían a correr, lo que proporcionaba un espectáculo de luces rojas en la oscuridad, y que a esa edad puede resultar maravilloso.

 Mi pony creció y creció, mientras comía en casa y veía en el telediario como el Rey al visitar un colegio le preguntaba a un niño por sus curiosas zapatillas.

 Con el tiempo, mi pony se murió, aunque quién sabe, a lo mejor sólo se transformó en una fobia, manía o prejuicio.

 

1 comentario:

  1. ya se sabe lo que pasa con los "ponys", que crecen... y crecen... y crecen...

    http://www.youtube.com/watch?v=JIGvCdrS-SQ

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